domingo, 10 de febrero de 2013

Haz el mal sin ver a cual....


Haz el mal sin ver a cual....

Las camionetas avanzaban con rapidez atravez del asfalto mojado, una que otra persona nos observaba, eramos un grupo de forajidos en una ciudad de extraños, llenos de rabia y de dolor, lo sabíamos, una ves hecho eso, no había marcha atrás, las tres camionetas y sus 8 ocupantes y un bulto de miseria humana se paseaban por la ciudad solitaria, la camioneta Lincoln, la Ford Lobo y la GMC nos hacían sentir como un grupo de mercenarios y así era, eramos 8 contra el sistema, conducíamos a toda velocidad con la intención de ser descubiertos y abordados por patrullas de la policía, pero en ves de eso, nos topamos con una ciudad vacía, llena de terror y misticismo, cada uno de nosotros lleva un arma, yo llevo una 9mm, mi compañero una escopeta, otro lleva un AR-15, todos somos eso guerreros de una locura y pensar que todo comenzó apenas tres días atrás...



Putilla se había portado mal, pero para su buena suerte mi celular había sonado con una llamada urgente del trabajo, debía presentarme de inmediato en el trabajo, eso solo me dio tiempo de ir al trabajo para toparme con 8 de mis compañeros de trabajo, había sucedido un problema bastante serio y nosotros eramos los culpables según reportes del jefe de estación, eso nos molesto bastante, eso era problema de el y no de nosotros, el gerente no había hecho pasar uno a uno a su oficina, para hablar sobre ese problema, ¿para que entrar en detalles absurdos del problema?, solo puedo decirte que era o bastante serio como para despedirnos, aquello termino como empezó, mal, tres de mis compañeros y yo terminamos con suspencion de ocho días, otro con despido absoluto y tres con penalisacion de cerca de $1,500.00 cada uno, esto nos enfureció, todos terminamos afuera discutiendo y molestos decidimos ir por unos tragos, donde planeamos deshacernos del jefe de estación de una ves por todas.



El día siguiente, fue tranquilo, yo le di de comer a Putilla, que me veía atenta mientras yo arreglaba ropa de color negro y un pasamontañas, ella se asusto cuando vio como sacaba un arma de fuego, mi 9mm, ella se asusto, le deje dos raciones de comida y le dije;

-come con cuidado, no vendré en la noche y debes de guardar de comer para la cena-

ella me vio;

-¿vas a secuestrar a otra?-

yo me quede viéndola, como si me extrañara su pregunta, así era, pero no había que dejarse llevar por sentimentalismo;

-no, ya te lo dije, tu me diviertes, aunque te debo una buena noche de diversión esta postergada hasta que termine lo que iniciamos-

me retire de allí dejándola con la soledad de su prisión y su delicado pie amarrado a la cama con una cadena lo suficientemente gruesa para que no se liberara fácilmente, al salir de mi casa, una Lincoln negra se acerco, subí sin decir nada, allí mis compañeros subieron y nos preparamos para el infierno que se presentaría.



Por tres días le seguimos en carros diferentes escabullendonos entre las multitudes o camuflandonos, uno de nosotros se vistió de mujer para seguirlo de cerca, nadie se rio, nadie se burlo, eramos un grupo de agentes en cubierto apunto de realizar un crimen, eramos eso forajidos en un pueblo marginal donde lo mas violento que ha pasado es que algún borracho dispara su arma en el fin de año, pero esta ves había un buen motivo para considerarnos no menos que locos, lo estábamos, meterse con el patrimonio diario de los trabajadores es malo, pero meterse con su trabajo por su incompetencia, es mucho peor, por eso hicimos lo que hicimos.



Lo encontramos con su carro un Mustang GT del 2000, un carro horrible que no merece ser llamado Mustang, alzamos nuestras armas, la Lincoln tapaba la salida del vehículo, lo tomamos y lo jalamos dentro del vehículo Ford Lobo y nos fuimos, aquello seria un simple secuestro del crimen organizado en los periódicos, lo llevamos a donde nos pusimos de acuerdo, mi bodega del sótano, pero un cuarto desocupado, donde estaba una polea, ya sabrán para que, pero hoy tenia un uso diferente, a nuestro jefe lo colgamos de los brazos amordazados, pero todos allí al verlo al punto de las lagrimas, no hicimos nada, estábamos en stock, para nuestra mala suerte, nos habíamos quitado el pasamontañas y había visto nuestros rostros;

-vamos, háganlo-

dijo uno;

-hazlo tu-

dijo otro;

-fue tu idea-

uno mas se unió a la platica;

-ya nos vio, si va con la policía estamos muertos-

las miradas se posaron entre unos y otros, entonces sonó el cañón de un arma, todas la miradas se posaron sobre mi, yo apuntaba el arma todavía, las miradas se centraron en mi;

-ayúdenme a deshacerme del cadáver-

lo llevamos al patio donde cavamos un hoyo y allí quemamos el cuerpo, allí acabo todo, fuimos y limpiamos la escena del crimen, estábamos hartos, todos se fueron a sus casas, de esto jamas hablaríamos ninguno, nadie quiso ayudar a la policía en la fabrica, hubo quien dijo que se lo merecía, yo simplemente, no pensé mas que en la cárcel no podría estar con Putilla, ni mucho menos divertirme con ella.



Cuando fui a ver a Putilla, esta permanecía en la puerta, había visto todo desde un agujero en la puerta, ella lloraba tan silenciosamente que nadie se había percatado de su presencia;

-¿que te pasa? , ¿Y que haces fuera de tu celda?-

ella me vio;

-olvidaste cerrar la puerta y la cadena estaba floja, pero, dime, ¿cuando te aburras de mi, me mataras?-

yo la vi, acaricie su rostro;

-no, sabes por que, por que me entretienes, no te considero un objeto, eres una especie de mascota que vale la pena enseñar a comportarse, eres divertida, pero date cuenta que si pudiera amar a una mujer sin tener que secuestrarla lo haría, y si pudiera amar a una mujer sin hacer eso lo haría, créeme, que no me interesa meterme en problemas de a gratis, pero dime, ¿una mujer como tu hubiese salido conmigo de habernos conocido en otras circunstancias?-

ella agacho la mirada;

-no lo se, jamas lo sabremos-

con cuidado tome su cuello delgado, lo apreté con fuerza, pero sin demasiada fuerza para no asfixiarla, ella tocio;

-pero ahora que recuerdo, tu me debes una-

ella me miro, la jale del pelo hasta la cama de ella, donde la subí con una patada en la nalga, ella me vio, trago saliva nerviosa, pero note algo en su mirada, no se, no me atrevo a describirlo, introduje mi pene en su boca hasta casi sentir su garganta, ella tocia y aveces sacaba mi miembro para dejarla respirar, lo hice hasta tener el miembro tan duro casi al máximo y entonces empece a pegarle con mi miembro en el rostro ella solo aguantaba, mientras su rostro se volvía la bolsa de golpear de mi pene, mientras hacia eso, acariciaba sus pezones erectos y aveces los apretaba y ceñía;

-espera me haces daño-

yo me detuve y la vi;

-yo diré cuando sea suficiente-

ella asintió con temor;

-quiero ahora probar algo nuevo-

ella me vio atenta, la jale, la mantuve de piernas abiertas y me adentre en ellas, lamiendo su ano, ella lanzo un gemido que me exito, proseguí hasta que me canse, la levante y la prepare, poco a poco, le inserte mi miembro en su ano, ella lanzo un gemido espectral, entre el dolor y el terror, pero yo me adentre cada ves mas despacio, con cuidado, ella me vio, su mirada decía, para por favor, pero su concha ardiente se empezó a mojar, ella era una guarra, si una muy guarra, que deseaba eso, en verdad cada ves me sorprendía, ¿acaso ella podría sentir algo por mi?, no, quiza no, los psicólogos lo llaman síndrome de Estocolmo, ella era así,yo era el único ser humano que veía, así debía ser, por eso, ella se sentía culpable por sentir eso por mi, por eso para que no se sintiera culpable, yo proseguí penetrándola en su culo, si era delicioso, en extremo perfecto, ella solo se revolcaba de placer ante mi vista, o de dolor, la verdad que no me importaba, proseguí hasta que sentí que pronto me vendría dentro de ella, por lo que decidí penetrarla y masturbarla, entonces sucedió algo que yo no me lo esperaba, dentro de ella y ella se vino lanzando un chorro de líquidos vaginales, yo me reí, ella lo había disfrutado, antes de irme reí;

-no olvides bañarte puta-

y sin mas la escupí a la cara, ella solo se resigno a verme y cerrar los ojos, mientras yo me dirigía al otro cuarto, para contemplar lo polea, pronto la diversión en ella comensaria pronto....

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